viernes, 29 de marzo de 2013

EL VIEJO ROSAL



Los otoños son gélidos glaciales
que zahieren y truecan la energía,
en fracasos que nublan la armonía
de júbilos y gozos terrenales.

Cuando llegan los fríos invernales
y se cubren de nieve las alturas,
los olvidos se vuelven desventuras
y helados languidecen los rosales.

Mas, nunca olvida el tronco del rosal
que dio la savia a la sublime rosa
y la energía de la primavera;

y estoico desafía al temporal
y bajo tierra su raíz reposa
regalando su aliento hasta que muera.

CEGUERA



 Pobre niña, en tus ojos la ceguera
y en tus labios las mieles  y retamas.
Te enciende en ciegas y ardorosas  llamas
la palabra  elogiosa y lisonjera.

Ponle al deseo frenos y frontera,
las tristes perlas que en el mar derramas
besadas no serán por quien tú clamas,
que no todo florece en primavera.

Esta vida es un puro desengaño,
tú que miras al mar con tanto empeño
y envías tu mensaje en cada ola

te sumes sin remedio en el engaño.
¡De qué te servirá tan vano ensueño
si al final de tu vida te ves sola!