V
No vengas a dolerte cuando muera
no acerques tu camino a mi momento
que no te empañe ya el remordimiento
no viertas una lágrima siquiera.
Ya no seré perpetua prisionera
de ataduras, ni esclava del tormento,
atrás habré dejado el sufrimiento
de tu olvido, tu freno y tu frontera.
Ya no habrá marcha atrás a la clemencia
no vengas como barco a la deriva
no ampares en la sombra tu indolencia.
No sufras, ya no llores en mi puerta,
lo que no resolviste estando viva
no lo resolverás después de muerta.
De (de roca y yerbabuena)
lunes, 28 de septiembre de 2009
viernes, 25 de septiembre de 2009
EL FRUTO DE TU VIENTRE
IV
Llegará con los fríos de febrero
tu casa llenará de primavera
se acabará tan impaciente espera,
recibida será con un te quiero.
No otorgarás amor más verdadero
ni sabrás de caricia más sincera
pasada ni presente ni postrera,
y ella será por siempre lo primero.
Será para tu vida la alegría
no temerás dolores ni fracasos
darás amor, serenidad y guía.
Te sentirás la madre más valiente
cuando al final repose entre tus brazos
el fruto ya maduro de tu vientre.
Llegará con los fríos de febrero
tu casa llenará de primavera
se acabará tan impaciente espera,
recibida será con un te quiero.
No otorgarás amor más verdadero
ni sabrás de caricia más sincera
pasada ni presente ni postrera,
y ella será por siempre lo primero.
Será para tu vida la alegría
no temerás dolores ni fracasos
darás amor, serenidad y guía.
Te sentirás la madre más valiente
cuando al final repose entre tus brazos
el fruto ya maduro de tu vientre.
jueves, 24 de septiembre de 2009
ASTIGI
III
Descansas en un valle de Sevilla
reluces con los rayos de la luna
entre montes y olivo está tu cuna
con aromas a menta y manzanilla.
En tus campos germina la semilla,
olivares, vareo de aceituna
que afanosa recoge de una en una
con un alegre canto la cuadrilla.
Astigi, sol y júbilo en tus calles
cuna de monumentos con historia
de blasones de luchas y de entrega.
Por tus campos tus montes y tus valles
tus campanas repican, para gloria
del forastero que a tus puertas llega.
De "De roca y yerbabuena"
Descansas en un valle de Sevilla
reluces con los rayos de la luna
entre montes y olivo está tu cuna
con aromas a menta y manzanilla.
En tus campos germina la semilla,
olivares, vareo de aceituna
que afanosa recoge de una en una
con un alegre canto la cuadrilla.
Astigi, sol y júbilo en tus calles
cuna de monumentos con historia
de blasones de luchas y de entrega.
Por tus campos tus montes y tus valles
tus campanas repican, para gloria
del forastero que a tus puertas llega.
De "De roca y yerbabuena"
SEQUÍA
II
Con la espalda inclinada y dolorida
sobre surcos de tierra polvorienta
esperando anheloso la tormenta
con lágrimas y rabia contenida.
Con la mirada al cielo dirigida,
campesino, que el hambre te alimenta,
barrena entre tu carne macilenta
penetrando cual hierros en tu herida.
Recorres paso a paso lo sembrado,
lo riegas con el llanto de tus ojos,
y en tu pecho rebosa la amargura.
Ya no se puede ser más desdichado
en tu mente se clavan los abrojos
uniéndose el dolor con la locura.
De "De roca y yerbabuena"
Con la espalda inclinada y dolorida
sobre surcos de tierra polvorienta
esperando anheloso la tormenta
con lágrimas y rabia contenida.
Con la mirada al cielo dirigida,
campesino, que el hambre te alimenta,
barrena entre tu carne macilenta
penetrando cual hierros en tu herida.
Recorres paso a paso lo sembrado,
lo riegas con el llanto de tus ojos,
y en tu pecho rebosa la amargura.
Ya no se puede ser más desdichado
en tu mente se clavan los abrojos
uniéndose el dolor con la locura.
De "De roca y yerbabuena"
RECÚERDAME MARINERO
I
Recuérdame en tus noches marinero,
y amarremos los sueños olvidados
de nuestro ayer, senderos inflamados
hoy en tinieblas, amor, sin un te quiero.
Quiéreme con aquel amor primero,
arrópame en tus brazos entregados,
abrásame con besos comparados
a la llama del fuego aventurero.
Átame con un nudo interminable
y no escuches el canto de la ondina,
no quieras alcanzar lo inalcanzable.
Que si extingues la luz que me ilumina
navegaré por aguas insondables
hundiéndome en la parca repentina.
Recuérdame en tus noches marinero,
y amarremos los sueños olvidados
de nuestro ayer, senderos inflamados
hoy en tinieblas, amor, sin un te quiero.
Quiéreme con aquel amor primero,
arrópame en tus brazos entregados,
abrásame con besos comparados
a la llama del fuego aventurero.
Átame con un nudo interminable
y no escuches el canto de la ondina,
no quieras alcanzar lo inalcanzable.
Que si extingues la luz que me ilumina
navegaré por aguas insondables
hundiéndome en la parca repentina.
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