miércoles, 1 de mayo de 2019

TU OLVIDO




Tú que fuiste mi dios y mi agonía
te alejaste de mí sin avisar
desvanece tu voz  la lejanía
y tu imagen se pierde a mi pesar.

Porque la vida supo golpear
en los puntos que más nos dolería,
moriré arrodillada en el altar
de mi fe, por tu risa, y tu alegría.

Y me duele el silencio de tu olvido
que enmudece mi sangre y mi garganta
y trepa por mis venas como yedras.

Te perdoné tu adiós con un gemido
y con una frialdad que me atraganta
mi perdón enterraste entre las piedras.


ASFIXIA


Padeciendo la asfixia estremecida
con gritos sofocados de dolor
unos labios reflejan el horror
en la flor más radiante de su vida.

Como túnel de oscura amanecida
de sangre y de silencio aterrador,
de púrpura se tiñe en rededor
sin voz, sin luz, sin credo ni salida.

Los labios como grietas laceradas
se sorprenden velados de amargura
por la sangre y heridas enconadas.

La garganta es un pozo sin final
donde reina perpetua la negrura
con mordaza y silencio sepulcral.

TERCO GRITO


Terco grito que nace de  mi boca
que me lacera el pecho y me condena
que por mis poros entra y me envenena
y sin tregua a la oscura muerte invoca.

Terco grito, quimera que provoca
que vague por la vida con mi pena
y que los falsos cantos de sirena
me conviertan en piedra y dura roca.

Terco grito, garganta enronquecida
fantasma que sin tregua me persigue
en noches de embelecos sin final.

Terco grito, me dejas malherida
y no hay poder ni fuerza que mitigue
el dolor que me inflige tu puñal.

TU ABANDONO



Tu abandono cubrió con negro velo
un mundo de ilusiones y de antojos
de mi cielo cayeron las estrellas
apagando las luces de mis ojos.

Mi poema vibró con desconsuelo
y agonizó la noche entre nosotros
mi loco afán abrió sus alas negras
planeando cual cóndor tenebroso.

Me quedé con la risa congelada
con la pluma y la tinta entre mis dedos
y los ojos cegados por el llanto.

Me dolí del desdén de tu mirada
y lloraron las rimas de mis versos
apagando la risa de mis labios.