Padeciendo la asfixia
estremecida
con gritos sofocados de
dolor
unos labios reflejan el
horror
en la flor más radiante de
su vida.
Como túnel de oscura
amanecida
de sangre y de silencio
aterrador,
de púrpura se tiñe en
rededor
sin voz, sin luz, sin
credo ni salida.
Los labios como grietas
laceradas
se sorprenden velados de
amargura
por la sangre y heridas
enconadas.
La garganta es un pozo sin
final
donde reina perpetua la
negrura
con mordaza y silencio
sepulcral.
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