Te pienso y te figuro todavía,
después del largo tiempo transcurrido
aún siento entre sueños el latido
de vida, que en mi seno florecía.
Aquel rayo feroz mi vientre abría,
desgarro de mi cuerpo sorprendido
del dolor de no haberte conocido
y en mis brazos mecerte no podía.
El tiempo va curando las heridas
los dolores se calman y atenúan
y en la costumbre piensas que te olvidas,
mas los recuerdos siempre continúan
y entre diáfanos ángeles te pienso
cautiva en el aroma del incienso.
Del libro (De roca y yerbabuena)
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