martes, 21 de mayo de 2013

EL GIRALDILLO


Con celo y fe Sevilla le venera
alma de bronce y corazón ardiente
de los Alcázares guardián ferviente
vigía que su feudo defendiera.  

Custodio de María Luisa fuera
y la Torre Del Oro refulgente,
reflejado en el río permanente
emerger de sus aguas pareciera.  

Espía de los lienzos de Murillo  
de sombras y tinieblas centinela,
Coloso que la lluvia no amedrenta.

Germinados de rayos y candela
rugen vientos rozando al Giraldillo
que danza y vibra al son de la tormenta.

 Del libro De roca yerbabuena

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