X
Te encaprichaste de una golondrina
y quisiste prenderla entre tus manos,
¡pobres esfuerzos, fútiles y vanos!
Te burló en escapada repentina.
Tu boca le ofreció una golosina
con fines y propósitos insanos,
y sajando tus labios soberanos
bebiste de tu propia medicina.
Aspirabas con mimos apresarla,
y al ver que doblegarla no podías,
probaste por la fuerza aprisionarla.
Dolorida y asustada cayó al suelo,
y abrió sus alas levantando el vuelo
cuando pensabas que la poseías.
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