martes, 10 de agosto de 2010

UNA MORDAZA EN MIS LABIOS



Mi vida es un constante y negro duelo
es una triste risa enmascarada
y siento en mi costado una punzada
y en silencioso llanto me rebelo.

Floreciendo en mis noches el desvelo
siento un grito con voz estrangulada,
y se clava en mi carne cual espada
su recuerdo perpetuo en frío suelo.

Allí quedó un fragmento de mi vida
y parte de mi sangre y de mi raza,
sin un beso, sin una despedida.

Quedó allí, de la nada prisionero,
y en mis labios me ciño una mordaza
por no gritar mi amargo desespero.

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