Pobre niña, en tus ojos la ceguera
y en tus labios las mieles y retamas.
Te enciende en ciegas y ardorosas llamas
la palabra
elogiosa y lisonjera.
Ponle al deseo frenos y frontera,
las tristes perlas que en el mar derramas
besadas no serán por quien tú clamas,
que no todo florece en primavera.
Esta vida es un puro desengaño,
tú que miras al mar con tanto empeño
y envías tu mensaje en cada ola
te sumes sin remedio en el engaño.
¡De qué te servirá tan vano ensueño
si al final de tu vida te ves sola!
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