Amor, quiero habitar en tu cintura,
que el sueño me sorprenda en tu almohada,
que subamos al cielo en la alborada
y unidos despertar en la aventura.
Adoro de tus manos la dulzura,
adoro de tus ojos la mirada
y adoro tu caricia enamorada
que me acerca en un soplo a la locura.
Son tus ojos mi calma y mi remanso,
tu boca mi aderezo y mi brebaje
la fuente en la que bebo cada día.
Tus brazos mi letargo y mi descanso
mi consuelo, mi abrigo, mi hospedaje,
tu risa mi sosiego y mi armonía.
De (De roca y yerbabuena)